Lo dicen los grandes jugadores del mundo, los entrenadores más famosos, los presidentes más ricos de los equipos gigantes, “nadie está por encima del equipo, un país, una selección es más que un jugador”.
Esta instroducción solo sirve para aquellos que la entienden y la acatan a la perfección, está claro que Jerry Bengtson no es uno de ellos. El otrora goleador estrella de la Selección Nacional de Honduras se equivocó, lo admitió a medias, pero realmente da lástima la forma en cómo trata de justificar su mala actitud, su postura de “divo”, contradiciéndose de tal forma que ahora no se sabe sí el se bajó del barco o fue el grupo el que realmente le apartó al ver que su “soberbia” no le permitía aceptar una decisión técnica, ser suplente.
Lo increíble de todo es que el futbolista dice que no fue malcríado, pero cómo interpretar una contestación a una orden de la siguiente manera: “Bueno profe, entonces deme mis boletos y me voy”. Mal Bengtson, muy mal.
Lo peor es que Jerry no solo traicionó a sus principios de humildad, sus valores de ser obediente, sino que traicionó al hombre que siempre creyó en él, que se jugó el pellejo por darle una oportunidad, al que se lo llevó a Juegos Olímpicos aún dejando de lado a Roger Rojas, la manzana de la discordia por la que el delantero del New England Revolution habría pedido, según sus propias palabras, salir de la Selección Nacional.
Bien dice el dicho, “cría cuervos y te sacarán los ojos”. Muchos ahora criticarán a los medios de comunicación por el trato que se le ha dado al caso Bengtson, dirán es que “Diez es aquí o es allá”, pero nosotros, como autoridad en deportes, publicamos lo que realmente pasó. Bengtson se molestó por ser suplente, reclamó y el cuerpo técnico de la Bicolor lo echó, punto. Así de claro, así de simple, así de cierto.
Nadie en el mundo dirá mi casa se moja, siempre tratará de dar una buena imagen ante el mundo, dejando como los malos de la película a otros.
Pero, ¿en qué le ha afectado a Honduras la salida de Bengtson?. Pienso yo que en nada. El equipo juega más suelto, tiene más variantes en ataque, es más rápido, los volantes pueden buscar más espacios y eso, en una eliminatoria no tiene precio.
Si bien es cierto los goles de Jerry fueron claves para llegar a cuartos de final de los Olímpicos, nos sirvieron para estar en la Hexagonal, nada justifica su actitud. Ahora toca darle vuelta a la página, lo que queda claro es que Honduras es mejor sin Bengtson.
